Argentina conquista su tercera Copa del Mundial, derrota 4-3 en definición por penales a Francia después de quedar igualados 3-3 tras 120 minutos de furia, el ídolo albiceleste anota dos tantos mientras Mbappé consigue los tres de Francia en una de las finales más electrizantes en la historia de este campeonato
Por Patricia Martínez Zelikoff y Luis F. Sánchez
The Miami Line News
Si alguien cuestionaba a Lionel Messi por no haber conseguido el título máximo del fútbol, ya no podrá hacerlo.
El fantástico número 10 conquistó dos goles en la final contra Francia y llevó a Argentina hacia la conquista de su tercera Copa del Mundo y la primera del jugador, la noche del domingo 18 de diciembre del 2022 en el estadio Lusail en Doha, en la que es considerada como una de las finales más emocionantes en la historia de los mundiales.
Tras igualar 2-2 en los 90 minutos reglamentarios, albicelestes y blues volvieron a empatar, esta vez 1-1, tras los 30 minutos adicionales, lo que obligó a la definición por penales.
En el paredón de fusilamiento, los sudamericanos vencieron 4-3, luego que el arquero argentino Emiliano “Dibú” Martínez desviara dos penales y Gonzalo Montiel anotara el último en la dramática definición.
Kylian Mbappé anotó los tres goles de los blues y de seguro Francia no hubiese opuesto una resistencia tan tenaz y heroica sin el concurso de su brillante delantero.
Argentina jugó un primer tiempo extraordinario e hizo desaparecer al campeón mundial defensor.
El estratega de los albicelestes Lionel Scaloni puso desde el arranque al experimentado delantero Ángel Di María, quien se perdió varios partidos del Mundial Catar 2022 debido a una lesión.
Recuperado y deseoso de mostrarse, Di María fue fundamental en Argentina y participó en los dos primeros goles de su equipo.
En el primero fue víctima de un penal, que le cometió Ousmane Dembelé y que convirtió Messi y en el segundo culminó una jugada sensacional, en la que la selección argentina salió desde su propia cancha, Messi dio un pase de maravilla al centro delantero Julián Alvarez, quien alargó para el puntero, quien a su vez con un toque certero perforó la portería francesa defendida por Hugo Lloris.
Pese a la superoridad en el juego y a la ventaja en el marcador, había la sensación que Argentina no podida cantar victoria en ese instante pues faltaba mucho pan por rebanar.
El entrenador de los franceses Didier Deschamps empezó a mover la banca y cambió al legendario Olivier Giroud, máximo goleador histórico de los blues, y a Demebelé y puso a dos jóvenes para darle empuje a su equipo Marcus Thuram y Randal Kolo Muani.
En en segundo tiempo se vio que los cambios le dieron potencia a Francia.
Luego, a los 71 minutos, el estratega sacó a dos históricos más: Antoine Griezmann y Theo Hernandez y puso a Kingsley Coman y Eduardo Camavinga.
Francia se envalentonó y descontó gracias a un penal de Mbappé, a los 80 minutos. Un minutos después, el propio delantero decretó el empate ante la angustia de los albicelestes.
En el suplementario, cuando Messi anotó el tercero de Argentina parecía que el partido estaba definido. No fue así. Mbappé igualó una vez más luego que el árbitro sancionara penal después que un disparo chocara accidentalmente a la altura del codo de Montiel.
Los penales fueron la angustia total. Mbappé y Messi acertaron, pero las dos fallas siguientes de los franceses abrieron el camino para que Argentina lograra su histórico tercer título de la Copa del Mundo.
Si alguien dice que Jorge Luis Borges es un escritor menor porque no ganó el Premio Nobel, nadie lo tomaría en serio. En cambio si antes decían que Messi, pese a su extraordinaria y larguísima trayectoria al más alto nivel del deporte, no era un gran jugador porque nunca había ganado la Copa del Mundo había muchos que consideraban acertada esa afirmación, porque la Literatura es muy distinta al fútbol.
En el fútbol hay rivalidades, estadísticas y fanatismos. En la Literatura, en cambio, hay reflexión. En cualquier caso, Messi no ya tendrá preocuparse de aquellas cada vez menores voces que lo negaban porque no había conquistado un título Mundial. Primero fue la conquista de la Copa América, su primer título mayor con la albiceleste, pese a que se había consagrado campeón olímpico con Argentina en Beijing 2008, y la noche del domingo los dioses del deporte le pusieron la corona de campeón mundial.