Por Óscar Ritoré
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Hace menos de dos meses se inauguró La Ventana al Mundo, el monumento más alto de Colombia, instalado en Barranquilla, una de las principales capitales portuarias de Colombia.
Se trata de una estructura de 46 metros de altura y cerca de 300 toneladas de peso.
Su construcción tomó seis meses y es producto de un concurso digital que convocó a artistas, diseñadores, arquitectos que a través de su creatividad lograran en una obra de arte, con materiales propios de la empresa donante Tecnoglass (Vidrio y aluminio) reflejar cultura e industria.
La arquitecta Diana Escorcia fue la ungida por un jurado que encabezó el ministerio de Cultura de Colombia y la Sociedad de Arquitectos del Atlántico.
Esta profesional en asocio con la empresa donante levantaron en una rotonda abandonada de una vía arteria este coloso que mira a Miami y se convirtió desde ya en el icono de la ciudad.
“Queríamos aportarle a nuestra ciudad sede un pedacito de lo que hacemos en el mundo y que ese aporte perdure por generaciones para que desde aquí se asome Barranquilla al mundo”, dice orgulloso Christian Daes, COO de la compañía Tecnoglass que exporta ventanas y aluminio a varios países del mundo y tiene una operación monumental en la Florida, donde se han construido con sus productos casi 5,000 proyectos inmobiliarios.
La Ventana al Mundo es hoy el sitio de reunión de millares de ciudadanos. Quienes visitan a Barranquilla no dejan de pasar por ella y quienes viven aquí vienen por millares en un acto de apropiación poco común en un país con escasos símbolos ciudadanos.
El furor de su instalación ha dado para todo pero nada tan particular como una serie de memes en una Barranquilla con gran actividad digital.
En esta ciudad de casi millón y medio de habitantes que es la puerta de Colombia al Caribe se empezó a señalar a un barrio conocido por su alto nivel de inseguridad como “La Ventana al Peligro”.
En los memes se mostraba a través de un truco digital a varios ciudadanos pintando unos postes con los mosaicos multicolores de la Ventana al Mundo.
Los habitantes de “Los Tres Postes”, como se conoce al sector de Rebolo, porque allí hay una estructura de concreto que soporta líneas de energía de media tensión, no se molestaron con los señalamientos, por el contrario los convirtieron en oportunidad, se pusieron manos a la obra y pasaron de la ficción a la realidad pintando la parte baja de la estructura como lo mostraban los memes.
El donante de la Ventana, Christian Daes, se percató del hecho a través de su teléfono móvil y sin pensarlo dos veces se apareció en el sitio donde los ciudadanos daban los últimos brochazos a la Ventana de Rebolo.
Daes, que es un emprendedor empedernido, le propuso a la comunidad allí mismo, vestido con una camiseta de la selección Colombia de fútbol, que hicieran una asociación empresarial, pusieran al servicio de la transformación del barrio la comercialización de parte de los “souvenires” que tendrá la Ventana real y que ese resultado económico se dedique a la transformación física del barrio.
“Donde hay orden, aseo y belleza, hay seguridad”, afirma con decisión este curtido empresario que además tiene una de las operaciones sociales más importantes de Colombia en asocio con el cantante Marc Anthony.
Esta semana varios miembros de la comunidad de “Los Tres Postes” se reunieron con Daes en su compañía que tiene más de 6,000 empleados para trazar la hoja de ruta de la transformación del barrio que deberá estar “embelllecido” antes de Navidad.
De esta manera Rebolo será, dicen sus lideres, una Ventana a la transformación y no una al peligro, un verdadero ejemplo de cómo un problema, gracias a una empresa privada, es una oportunidad.