Por Luis F. Sánchez
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Los vecinos de Miami Beach vivieron momentos de pánico, la noche del domingo 27 de mayo, en pleno fin de semana de la celebración del Memorial Day. Un hombre robó un auto de la policía en las esquinas de la Calle 17 y Washington Avenue y estuvo a punto de causar una tragedia de incalculables proporciones.
Leon Daybrell Perrymond, de 25 años de edad, identificado por la policía como el sospechoso que se apropió del coche oficial y emprendió una loca fuga a toda velocidad por Meridian Avenue con rumbo sur, fue perseguido tenazmente por los patrulleros hasta ser capturado.
A la altura de la Calle 13 de dicha avenida arbolado, el delincuente perdió el control del vehículo y se estrelló causando gran estruendo contra el Toyota Yaris 2010, que estaba estacionado de sur a norte en Meridian y lo empotró contra el condominio 1351 de Meridian Ave. El coche robado alcanzó a chocar a tres vehículos más, que estaban estacionados en el lado Este de dicha avenida.
Debido a que parecía que iba a llover, nadie caminaba por la vereda en ese momento, que por lo regular es muy transitada por los peatones que suelen dirigirse a Lincoln Road. De lo contrario, la estupidez de Daybrell pudo haber cobrado alguna vida de gente inocente.
De inmediato se produjeron escenas de pánico y terror, en medio del sonido de las sirenas y el centelleo de las luces de peligro de los patrulleros que se habían lanzado tras el ladrón. Entre gritos, órdenes de rendición y enorme tensión, Daybrell fue sacado del vehículo y reducido en el piso en plena pista, mientras los vecinos aparecían en las puertas de los condominios de la zona.
Más de 20 patrulleros poblaron la zona que fue acordonada con cinta amarilla por la policía. Minutos después, Daybrell fue retirado en camilla y esposado al Jackson Memorial Hospital.
Al preguntarle a la policía si había heridos, dijo que no y cuando se le preguntó sobre el estado del delincuente replicó con ironía: “Ellos siempre se las arreglan para salir ilesos, ahora está en el Turner Guilford Knight Correction Center en Miami”.
Mientras, los afectados tuvieron que irse a dormir con la tarea pendiente de tener que introducirse en los vericuetos del seguro, como en mi caso, que soy el propietario del Toyota Yaris 2010, al que acababa de llenarle el tanque de gasolina. A simple vista, ese carro quedó inservible.