Por Luis F. Sánchez
Iván “Bam Bam” Zamorano afirmó que jugar con el Real Madrid marcó un antes y un después no solo en su carrera sino en su vida. Con el equipo merengue, el ariete chileno conquistó la Liga Española (1994-95) y el Pichichi al convertirse en el máximo anotador de la temporada con 27 goles.
Zamorano, nacido en Santiago hace 51 años, hizo estas declaraciones el lunes 16 de abril en el Fontainebleau Miami Beach durante los eventos con motivo del lanzamiento de la Internacional Champions Cup 2018. El astro es el embajador del Inter de Milán para la ICC.
“Jugar con el Real Madrid marcó mi vida”, sentenció el goleador. “La repercusión que tiene el Madrid en todo el mundo es incomparable”
Cuando Zamorano con el Real Madrid le anotó dos tantos al Ferencváros de Hungría el 18 de octubre de 1995, en la fase de grupos.
Real Madrid se apresta a disputar las semifinales de la Champions League contra el Bayern Munich, y tratará de convertirse en tricampeón consecutivo y sumar su 13er título del torneo máximo de clubes europeos. Los merengues enfrentarán al Manchester United por la ICC, el 31 de julio en el Hard Rock Stadium en Miami.
Ahora, Zamorano, considerado con Elías Figueroa y Marcelo Salas como los más grandes jugadores en la historia del fútbol chileno, se desempeña como comentarista principal de la cadena Univisión, reside en Miami y asegura que se siente muy feliz en la Capital del Sol.
En un repaso sobre su vida en el fútbol, Zamorano recordó que su padre lo llevaba al estadio, a ver a Colo Colo y a su ídolo de toda la vida Carlos Caszely, llamado “el rey del metro cuadrado”, por su habilidad de eludir a un rival en una baldosa. Cuando tenía 13 años de edad, su padre falleció.
“Cuando murió mi padre, yo me quedé como el único hombre en la casa, con mi madre y mi hermana”, comentó Zamorano. “Mi padre era la persona que más me apoyaba en el fútbol”.
La idea de ser futbolista profesional estaba en el alma de Zamorano y cuando tenía 17 años, con la bendición de su madre, dejó su casa para enrolarse al Trasandino, un club de Valparaiso.
“Mi madre me llamaba por teléfono y me preguntaba si yo estaba bien, y yo le aseguraba que sí, pese a que en las noches lloraba al sentirme lejos de mi familia”, confesó Zamarano. “Sin embargo, en el fondo de mi corazón, yo sabía que si quería lograr mis metas tenía que aguantarme y eso me ayudó a prepararme para cuando me fui a Europa”.
Zamorano recuerda que debutó en la selección chilena, el 19 de junio de 1987 en Lima, cuando solo tenía 20 años, y lo hizo en circunstancias muy difíciles.
“Fue en un partido contra Perú en un momento muy difícil para el país vecino, porque era la época que estaba en acción el grupo Sendero Luminoso”, reveló Zamorano. “Recuerdo que ingresé en los últimos 10 minutos y anoté un gol. Ganamos 3-1”.
También al eliminar a Perú, Zamorano tuvo la satisfacción de jugar por primera y única vez en el Mundial, en Francia 1998, donde avanzaron a segunda ronda y fueron eliminados por Brasil, que disputó la final contra el anfitrión.
Zamorano recuerda que el fútbol le dejó dos grandes amigos el argentino Javier Zanetti y el chileno Hugo Rubio, con quienes jugó en el Inter de Milán y el St. Gallen de Suiza, respectivamente.
Algo curioso reveló Zamorano sobre el defensor más complicado que jamás le tocó enfrentar.
“Fue Marco Materazzi, quien jugaba con el Peruggia [1995-2001]”, recordó Zamorano, quien en Italia jugó con el Inter [1996-2001]. “En el campo era una fiera, pero terminado el partido era muy amistoso”.
Materazzi fue quien provocó con un insulto la expulsión de Zinedine Zidane, en la final de la Copa del Mundo en Alemania 2006, que ganó Italia a Francia en definición por penales.