Por Patricia Martínez
“Miguel Mario Díaz-Canel, de 57 años, fue electo Presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros de la República de Cuba por la recién constituida Asamblea Nacional del Poder Popular en su Novena Legislatura, que sesiona desde este miércoles en el Palacio de Convenciones de La Habana”.
Así lo informó el blog oficialista Cubadebate este jueves 19 de abril, tras obtener el 99,83% de los votos, 603 de los 604 diputados del legislativo.
Díaz-Canel, hasta ahora primer vicepresidente del Gobierno, toma la posta de Raúl Castro, quien se retira del cargo tras 12 años liderando el país, aunque seguirá al frente del Partido Comunista de Cuba.
Raúl Castro le encargó representar al gobierno en visitas oficiales al extranjero y lo preparó para asumir la posición más importante en la isla. De esta manera, Díaz-Canel será el primer líder cubano nacido después de la revolución de 1959 y tendrá que forjar una legitimidad que fue natural entre el legado de los Castro.
Este ingeniero electrónico de cabello cano y amante de Los Beatles, recordado por tener una imagen muy fresca al que no le incomoda andar en bicicleta y pantalones cortos, y quien aboga mucho por la modernidad en el tema del internet y una prensa más crítica, escaló discretamente en la línea de mando, respetando los caminos establecidos dentro del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único).
Se ha venido ganando la confianza y el respeto de Castro por estar muy de cerca de su legado, defendiendo públicamente al gobierno de las críticas de los opositores y diplomáticos. Raúl Castro conservará sus funciones como secretario general del PCC hasta 2021, cuando cumpla 90 años, para poder guiarlo en su camino.
Tras el agradecimiento por el nombramiento, el presidente subió al estrado y en su discurso de primera mano se comprometió este jueves a continuar tanto con la revolución de sus antecesores como con la actualización del modelo económico iniciado por Raúl Castro.
“Asumo la responsabilidad para la que se me ha elegido, con la convicción de que todos los cubanos seremos fieles al legado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, líder histórico de la Revolución Cubana, y al ejemplo del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, líder actual del proceso revolucionario”, afirmó.
El nuevo mandatario será el encargado de liderar al país en su primer mandato de cinco años.
“No hay espacio para una transición que desconozca o destruya los logros de la revolución cubana”, enfatizó y asumió el compromiso y responsabilidad de defender al país del capitalismo, al que acusó de lanzar numerosos ataques contra la isla.
El nuevo presidente tendrá que mantener el equilibrio entre la reforma y el respeto a los principios revolucionarios, pero deberá esforzarse por actualizar el modelo económico, un proyecto iniciado por Raúl Castro.
“El mandato dado por el pueblo a esta legislatura es la continuidad de la revolución en un momento histórico crucial, que estará marcado por todo lo que debemos avanzar en la actualización del modelo económico”, añadió.
La tarea a seguir y la más importante es la unificación de las dos monedas nacionales que circulan en el mercado, además de la eliminación de tasas de cambio preferencial para empresas estatales que son la mayoría en la isla, situación que genera distorsiones en una economía golpeada además por el embargo impuesto por Estados Unidos desde 1962.
Díaz-Canel deberá lidiar con el retorno de Washington al lenguaje de la confrontación, recrudecido con la llegada de Donald Trump al poder, quien dio marcha atrás al acercamiento iniciado por Barack Obama a finales de 2014.
Aunque evaluar la capacidad de Díaz-Canel para tomar la rienda del legado Castro es muy temprano, para muchos existe la preocupación de la forma cómo funcionará a la hora de hacer los trascendentales cambios económicos y políticos para el país, por lo tanto le apuntan a que el líder ejecutivo se pueda desenvolver de manera acertada en el nuevo cargo y, sobre todo, con una muy buena y eficaz habilidad política.