Era genial en la cancha y fuera de ella un hombre humilde, de mano abierta y que pese a su enorme fama el pueblo podía identificarse con él
Por Luis F. Sánchez
The Miami Line News
La manera cómo han reaccionado las redes sociales a la muerte de Hugo “Cholo” Sotil ratifica lo que el otrora formidable delantero siempre fue: un ídolo total.
Sotil falleció a los 78 años de edad, el lunes 30 de diciembre en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Dos de Mayo en Lima. Había sido internado la semana anterior por complicaciones de salud.
Muchos afirman que Sotil fue el primer gran ídolo sudamericano del Barcelonade España, club por el que jugó desde 1973 a 1976. Luego vendrían Diego Maradona, Romario, Ronaldo, Ronaldinho y finalmente Lionel Messi.
Nacido en Ica, una provincia a 300 kilómetros al sur de Lima, Sotil emigró con su familia a la capital y muy pronto gracias a su habilidad en el fútbol fue captado por Alianza Lima.
El ídolo peruano Teófilo “Nene” Cubillas, compañero de Sotil en las selecciones peruanas y en Alianza, se sintió profundamente conmovido por la muerte de su “hermano” y escribió una carta en la que expresa su dolor y tristeza por la partido del gran jugador.
“Nos conocimos en las divisiones menores de Alianza Lima”, recordó Cubillas. “Yo estaba en el grupo de los 14 años y Sotil en el de 17. Desde entonces nos hicimos hermanos y yo lo admiré siempre”.
Temprano Sotil dejó Alianza y se enroló en 1968 con el Deportivo Municipal, que había caído a la segunda división del fútbol professional peruano. El joven atacante fue la sensación y llevó a su equipo a la conquista del título y el regreso a la división de privilegio.
Debido a la presión de los aficionados, el entonces entrenador de la selección rojiblanca, Waldir Pereyra “Didí”, convocó a Sotil para el partido amistoso contra Bulgaria, que iba a ser rival de Perú en el Mundial de México 1970.
En un Estadio Nacional abarrotado de expectadores, el 24 de febrero de 1970, los locales perdían 1-0 y para el segundo tiempo, Didí hizo ingresar a Sotil y el panorama cambió de manera radical. Con tres golazos del Cholo, Perú volteó la cuenta y venció 5-3 a Bulgaria.
A partir de entonces, la idolatría por Sotil cobró dimensión nacional. En el Mundial se repitió la historia. Todo el Perú estaba dolido porque tres días antes dell debut frente a Bulgaria se había producido un terremoto que cobró la vida de 30,000 personas y se pensó que eso iba a derrumbar a la selección.
En el primer tiempo, la escuadra rojiblanca se vio un poco apagada. Los equipos se fueron al descanso con el marcador abajo 0-1 para Perú. Didí volvió a recurrir a Sotil, quien en extraordinaria actuación levantó el ataque peruano y fue decisivo en la victoria 3-2.
De inmediato, Sotil se convirtió en una figura del balompié internacional. A su regreso al Perú, fue adorado por la gente. La revista Hincha publicó un reportaje titulado “La Moda Sotil” en la que presentaba fotografías en diferentes barrios populares capitalinos donde los chicos provincianos habían adopatado el modo de peinarse del jugador, con el pelo caído sobre la frente a la manera de los Beatles.
“La palabra cholo aplicada a cualquiera era un insulto, pero con Sotil pasó a ser un elogio”, afirmó Justo Linares, periodista que cubrió para el vespertino Ultima Hora la preparación de la selección peruana al Mundial de México 1970. “A partir de entonces nadie se sintió lastimado, ni siquiera por la forma de vestirse o hablar. Acercó a la gente marginada”.
Hubo un factor clave, apunta Linares, que permitió a Sotil conquistar los corazones de la gente.
“Su humildad, pese a que era famoso”, comentó el periodista. “Parecía que contaba las palabras que le salían de la boca. Nunca se desubicó ni perdió la esencia de lo que realmente era: un muchacho del pueblo. Por eso alcanzó la dimensión de ídolo total”.
Además era mano abierto, generoso con sus amigos y también con aquellos que se le acercaban para sacarle algo.
En 1972, filmó la película Cholo , producida y dirigida por Bernardo Batievski.
Al año siguiente fue contratado por el FC Barcelona del entrenador Rinus Michels y el astro Johan Cruyff, quienes habían revolucionado el fútbol con el Ajax de Amsterdam y la Naranja Mecánica holandesa.
Sotil aportó 16 goles a la campaña de los azulgranas y se convirtió en el socio ideal de Cruyff para la conquista de la Liga por parte del Barcelona, que rompió una racha de 14 años sin coronarse.
En octubre de 1975, pese a la negativa de Michels, Sotil escapó de la concentración del Barcelona, tomó un avión hacia Caracas, jugó por Perú en la final de la Copa América contra Colombia y anotó el gol de la victoria 1-0, que le dio el segundo título de la región a la escuadra rojiblanca.
Volvió al Alianza y se consagró bicampeón nacional 1977-78 al lado de Cubillas, César Cueto, José Velásquez, Jaime Duarte y Roberto Rojas, quienes fueron también sus compañeros en la selección nacional. Su muerte causó impacto en todo el mundo. Desde España se anunció que el Barcelona daría un minuto de silencio por su memoria. Desde el Independiente Medellín de Colombia, también enviaron condolencias y las redes sociales no pararon de difundir sentimientos de pesar por la partido de un hombre generoso y humilde, quien dentro de la cancha era la alegría más pura.