Edson Arantes do Nascimento muere a los 82 años, luego de haber regado el mundo de alegría y emociones; derramó calidad y humanismo dentro y fuera de las canchas y fue decisivo para el desarrollo del fútbol en Estados Unidos
Por Patricia Martínez Zelikoff y Luis F. Sánchez
The Miami Line News
La vida de Pelé siempre inspiró alegría. Por eso, en el momento de su partida, queda el alivio que lo que dejó a su paso es un camino de esperanza para la juventud. El Rey del fútbol falleció luego de múltiples complicaciones de salud el 29 de diciembre en Sao Paulo, Brasil.
Tom Mulroy, uno de los principales difusores del fútbol en Estados Unidos y en el sur de la Florida, declaró que si Pelé no hubiese jugado con el Cosmos de Nueva York a partir de 1975, en estos monentos el balompié en esta país no hubiese alcanzado el nivel de desarrollo que luce en estos momentos.
“Gracias a Pelé la MLS luce un nivel de bonanza envidiable en el mundo, hay millones de niños que juegan al fútbol y el hecho que este deporte haya alcanzado nivel nacional es gracias a él”, explicó Mulroy, de 66 años y creador de la Copa Latina en Miami. “Sin Pelé nada de eso se hubiese podido alcanzar”.
Pelé llegó al fútbol en el momento que Brasil más lo necesitaba. La gran ilusión de convertirse en campeón mundial era solo una frustración que se agigantaba con los años para el gigante sudamericano.
En el Mundial de 1938 en Francia, Brasil reservó a su astro máximo de entonces Leonidas, quien estaba ligeramente lesionado, con la infinita seguridad que iba alcanzar las finales y con la idea que las semifinales eran un simple expediente para la auriverde. No fue así. Brasil perdió sin su astro máximo y se privó de luchar por primera vez por la corona universal del balón.
La oportunidad se presentó perfecta en 1950 cuando Brasil fue la sede de la IV Copa del Mundo, luego de la paralización del torneo por la II Guerra Mundial.
Durante el campeonato, Brasil dio catedra de fútbol y llegó a la final goleando a sus rivales. Uruguay, en cambio, a duras penas había avanzado hacia el partido decisivo.
Por primera y única vez en la historia de las 22 ediciones de la Copa del Mundo, la final de 1950 fue entre cuatro equipos bajo el sistema de todos contra todos.
Brasil llegó con dos triunfos al partido supremo y Uruguay con una victoria y un empate. Esto equivalía a que si en la final había un empate, los auriverdes se coronaban campeones.
En el estadio Maracaná, ante 200,000 aficionados, la mayor asistencia para un partido de Copa del Mundo en las 22 ediciones disputadas del torneo, Brasil abrió el marcador y todo hacía pensar que nadie podría frenarlo. Uruguay, sin embargo, le volteó el partido 2-1 y se llevó la corona.
Pelé, entonces con 10 años, cuenta que su padre Dondinho se puso a llorar y él lo consoló y le dijo: “Yo voy a ganar una Copa del Mundo para tí”.
En 1954, en el Mundial de Suiza Brasil fue eliminado 4-2 por Hungría en cuartos de final en un partido que terminó a las trompadas y en el que los jugadores brasileños fueron a buscar a los húngaros al camarino para seguir peleando.
Es decir, en las tres últimas Copas del Mundo Brasil había fracasado. Además en el Sudamericano de Lima en 1953 había perdido la final en partido extra contra Paraguay y en el Sudamericano de Lima en 1957 había sido un desastre. Llegó al Mundial de Suecia 1958 gracias a una angustiosa victoria 1-0 sobre Perú en el estadio Maracaná de Río de Janeiro con gol de tiro libre de Didí.
En los tres últimos partidos del Mundial de Suecia 1958, el entrenador de Brasil Vicente Feola puso a Pelé y el joven de 17 años llevó a los auriverdes a su histórica primera conquista de la Copa del Mundo. Luego Pelé repetiría en Chile 1962 y México 1970. Con ello cimentaría su fama y condición de Rey del Fútbol.