La campeona de parataekwondo Angélica Espinoza esperaba estudiar en la universidad después de Lima 2019, pero por ahora prefiere concentrarse totalmente en el deporte, con el fin de buscar una medalla en los Juegos Paralímpicos
Por Gino Muñoz
News Services Lima 2019
A los 21 años, la peruana Angélica Espinoza nunca defraudó sus expectativas. De antemano, sabía que era capaz de hacer historia en Lima 2019 cuando decidió dedicar su vida entera al parataekwondo desde inicios de año. Tres horas de entrenamiento en la mañana, tres horas durante la tarde y dos horas más de acondicionamiento físico conforman su rutina diaria, que ha encontrado en la medalla de oro (categoría 44k – menos de 49 kilos) su justa medida.
“Nos hemos matado bastante. No solamente yo, sino también mis compañeros, con los que entreno a diario”, dijo luego de su consagración. “Nos hemos venido sacando la mugre desde hace dos años. Y en estos últimos seis meses trabajé bastante fuerte, siempre por este objetivo”.
Su incursión en el parataekwondo se produjo hace dos años, cuando estaba en la selección de paranatación.
Yvonne de la Cruz (Per), destacada ex taekwondista peruana que se había dedicado a reclutar talentos para su disciplina, vio la gran resistencia física de Espinoza en el agua y vislumbró a una potencial artista marcial.
La selección local de parataekwondo se estaba formando con miras a Lima 2019 y necesitaba enrolar exponentes con categoría, condiciones y posibilidades. Perú debía presentar un equipo respetable, donde predominara la calidad antes que la cantidad. Espinoza fue el mejor ejemplo.
“Ella [su entrenadora actual] me invitó a que formara parte del parataekwondo. Fui, lo intenté y me quedé”, contó Espinoza. “Me gustó su forma de entrenar y también el deporte en sí; no me gusta mucho que me golpeen, pero me quedé especialmente por el compañerismo que había”.
Luego de dos mundiales disputados, una medalla de oro en el Open de Costa Rica 2017 y otra de bronce en el Campeonato Panamericano de Estados Unidos 2019, Espinoza había trepado hasta el top ten del ránking mundial en apenas dos años. Más sorpresa que su ascenso, sin embargo, le produjo el anuncio de que iba a ser la abanderada de su país.
Mientras los paradeportistas peruanos estaban departiendo en un evento oficial días previos al inicio de los Juegos Parapanamericanos, una imprevista voz que salió de un parlante del hotel anunciaba a Espinoza, frente a una multitud de aplausos, que iba a portar la bandera peruana en el desfile inaugural.
“Cuando lo anunciaron me puse súper contenta, pero nerviosa a la vez porque significaba una gran responsabilidad frente al país y a mis demás compañeros”, comentó la campeona.
La calma para ganar el oro
El viernes 30 de agosto, en la final de la categoría, la mexicana Claudia Romero se plantó frente a la peruana como favorita.
Zurda, de 19 años y cuarta en el mundo, la azteca había derrotado a la peruana en el Mundial de Antalya, Turquía, en febrero de este año.
Eso, sin embargo, poco le importó a Espinoza, quien salió con una propuesta agresiva en todos sus combates.
Como en la semifinal ante Sophie Gimeno (EEUU), la local irrumpió con una patada al cuerpo para abrir el marcador. Gimeno, nacida en Miami hija de padres argentinos, es la única paradeportista de la delegación estadounidense que procede del sur de la Florida.
Romero acusó el impacto y devolvió el golpe, pero siempre encontró la respuesta de su oponente. El primer parcial terminó con un ajustado 7-5 a favor de la peruana.
El segundo asalto determinó el rumbo del duelo. Romero aplicó un golpe ilegal por el que se le descontaron dos puntos y eso hizo que el descontrol se apoderara de ella. Espinoza, en cambio, completó tres minutos brillantes y demolió a su rival en todos los aspectos para lograr un parcial de 17-0.
“Tenía que aprovechar que ella estaba desesperada. Mi entrenadora fue importante y me dijo que me relajara”, contó después de sellar su victoria en el tercer asalto con un resultado final de 26-6. La pelea había acabado antes de tiempo.
El parataekwondo como parte de su vida
La medalla de oro abre un camino impresionante para Espinoza. Ahora está más segura que nunca de que el deporte de alta competencia será parte de su vida.
“Fue un gran paso llegar a los Parapanamericanos”, dijo Angélica tras la conferencia de prensa realizada este sábado en el Centro de Convenciones Lima. “La medalla ha sido un gran logro, el resultado del esfuerzo de estos años, pero la clasificación directa a Tokio 2020 cambia definitivamente el rumbo de mi vida. De hecho voy a entrar a un terreno que no esperaba, pero confío tener el mismo resultado que en Lima 2019”.
La campeona sabe que para los Juegos Olímpicos tendrá que esforzarse mucho más.
“El entrenamiento va a ser el mismo, pero con más intensidad porque los Juegos Olímpicos tienen un nivel mucho más alto y eso va a conllevar más sacrificios de los que hemos tenido que hacer hasta ahora”, afirmó Espinoza, segura de que el parataekwondo nunca se apartará de ella.
De hecho, la deportista peruana pensaba estudiar en la universidad después de Lima 2019, pero con el pase a Tokio 2020 quizás eso tenga que esperar un poco por ahora.
“Por ahora solo estoy dedicada al deporte”, confesó la joven que ha puesto de pie a todo un país. “Pensaba estudiar en la universidad después de los Juegos, pero con el pase a Tokio se complica; igual, espero ingresar a la universidad para separar el cupo. No es fácil compatibilizar los estudios con el deporte de alto rendimiento, aunque aguardo fusionarlos bien más adelante”.