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INFORME ESPECIAL FELABAN
El mes de octubre despuntó con la noticia de que se ha logrado un nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá[1]. Después de casi 15 meses de conversaciones formales entre las partes, finalmente hay humo blanco. Certidumbre es la palabra que aglutina el consenso de economistas con el final de este proceso. Bajo la premisa de que es mejor tener acuerdo a no tenerlo, y que además estén reunidos los 3 países del antiguo TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), los mercados, analistas, empresarios, y gobiernos han señalado su complacencia con el fin del proceso.
El documento final, de cerca 1.100 hojas, aún no ha podido ser analizado en detalle por parte de los interesados[2]. Sin embargo, existen algunos hechos sobre los cuales es pertinente elaborar una breve recopilación y comentarios.
- La columna vertebral del antiguo TLCAN se mantiene viva e intacta. Para muchos, el desgaste de meses de conversaciones fue alto en comparación con los cambios vigentes. El instituto Brookings de Nueva York no dudo en calificar que la mayoría de los cambios son “cosméticos”[3]. El diario Washington Post mencionó que no se hacen “cambios sustanciales para modernizar las reglas del comercio”[4].
- El acuerdo tiene vigencia. A diferencia de su antecesor, el USMCA durará 16 años. Las partes pueden acordar revisiones cada 6 años y/o prolongar su vigencia durante una década más. Para algunos, en la medida en que se acerquen los puntos de revisión, se puede volver a generar incertidumbre, lo cual no genera confianza en la inversión de largo plazo.
- La solución de controversias entre México y Estados Unidos seguirá como lo establecía el capítulo 19. Por su parte, Canadá y Estados Unidos volverán a usar el mecanismo pactado bilateralmente en los años ochenta en el FTA (Free Trade Agreement).
- Los sectores que muestran más cambios son dos: el automotriz y el de producción láctea.
- El primero implica que el 30% de los automóviles (40% en 2023) debe ser hecho por trabajadores que ganen al menos USD 16 por hora. Esto es casi 3 veces el típico sueldo de un trabajador manufacturero en México. Esto podría dar lugar a la reasignación de recursos productivos o una mayor automatización de los ensamblajes. Este rubro en la balanza comercial implica unos USD 70.000 millones al año en exportaciones para México, siendo el más importante en 2017.
- Las autopartes de los vehículos deben cumplir con un porcentaje de producción en los 3 países del 75%. Esto lleva a que se deba preferir el ensamblaje en los integrantes del USMCA contra Corea del Sur o Alemania. Para algunos observadores, este punto llevará a un aumento del precio del automóvil en dichos países. También puede hacer pensar que los ensambladores con sede en México puedan buscar nuevos mercados en sus pares de América Latina, por ejemplo.
- El acuerdo habla de que es necesario que se facilite el proceso de formación de sindicatos de trabajadores en el sector automotriz.
- Las empresas automotrices de grandes marcas que sufrieron con la Gran Recesión, y que han buscado recuperarse, tienen ahora un nuevo reto de ajustarse ante el nuevo escenario de comercio internacional.
- En el caso de los lácteos, los granjeros de Estados Unidos consiguen un mejor acceso a los mercados de Canadá, que antes estaban protegidos. Sin embargo, en Canadá creen que con un mercado lácteo que crece a una tasa del 1% anual y una política de compensación que previenen estados como el de Ottawa, el mercado podrá ajustarse. Además, la apertura de Canadá en este campo ya empezó con la suscripción del acuerdo Transpacífico[5].
- El acuerdo abre la compuerta para que los oferentes de servicios financieros de Estados Unidos tengan mayor acceso a los mercados de los dos países, la presencia en el exterior.
- Los acuerdos aún deben ser ratificados por los parlamentos respectivos. En el caso mexicano será una prueba para el gobierno que toma posesión en diciembre próximo. Para el gobierno Trump viene un largo devenir ante las 2 cámaras y ante la perspectiva de un cambio de composición del parlamento que puede ser ocupado en su mayoría por la oposición. Además, su propio partido ha expresado cautela frente a los vientos de proteccionismo.
El representante del USTR (United States Trade Representative) de Estados Unidos ha dicho que este tratado es un modelo a seguir para futuras negociaciones. Por supuesto, también es una referencia para aquellos países que cuentan con un tratado de similar naturaleza al difunto TLCAN. El seguimiento de la parte que viene será una tarea para los tratados vigentes y para aquellos que están en proyecto.
En el epílogo de este capítulo hay que decir que Trump, el partido republicano, el representante de comercio de Estados Unidos ganaron la partida. Canadá al subirse al tren del nuevo acuerdo logró un éxito para su política exterior. Por el contrario, el comercio sufrió los embates de la incertidumbre normativa así como el sector automotriz tan importante para México. América Latina espera los efectos de un tratado que entrará en firme para el año 2020.
[1] Sus nuevas siglas son USMCA (United States – Mexico – Canada Agreement)
[2] Disponible en https://ustr.gov/trade-agreements/free-trade-agreements/united-states-mexico-canada-agreement/united-states-mexico
[3] https://www.brookings.edu/blog/up-front/2018/10/02/5-things-to-know-about-usmca-the-new-nafta/
[4] USMCA: Who are the winners and losers of new NAFTA? Heather Logan. 2 de octubre
[5] Tratado de Libre Comercio adelantado por Japón, Vietnam, Malasia, Singapur, Australia, Nueva Zelanda, México, Perú, Chile, Brunei.