Por Luis F. Sánchez
Estados Unidos y sus aliados Gran Bretaña y Francia lanzaron la noche del viernes un ataque contra los centros de investigación y almacenamiento de armas químicas en castigo a los ataques que realizó Siria días atrás con ese armamento a poblaciones civiles, en la guerra civil en ese país que se inició en el 2011.
El ataque sirvió de paso a los aliados para estrenar uno misiles con nueva tecnología, que son menos sensibles a ser detectados por los radares enemigos.
En un mensaje a la nación la misma noche del viernes, el presidente de Estados Unidos Donald Trump responsabilizó a Rusia por no haber sabido contener a su aliado Siria en el uso de armas químicas y acusó al presidente sirio Bashar al-Assad de ordenar esos ataques inhumanos.
“Esas no son las acciones de un hombre”, dijo Trump en su mensaje a la nación desde la Casa Blanca en referencia a los ataques sirios con gases tóxicos contra las poblaciones civiles de su propio país. “Todo lo contrario, esos son crímenes de un monstruo”.
De inmediato, el embajador de Rusia en Estados Unidos amenazó que habrá una respuesta de su país, sin dar mayores detalles.
“Hemos advertido que estas acciones tendrán consecuencias”, dijo Anatoly Antonov en una declaración. “Toda la responsabilidad es de Washington, Londres y París. Insultar al presidente de Rusia [Vladimir Putin] es inaceptable e inadmisible”.
Estados Unidos ha desplegado portaviones y una serie de naves en el Mediterráneo y Rusia, que tiene su principal base naval en la región en Siria, también ha mostrado los músculos. China se mantiene en silencio, como el tercero en disputa que espera que los dos enemigos se descuarticen para agarrarlos cansados.
La situación nunca había sido tan tensa luego del fin de la Guerra Fría y pese a que Estados Unidos en el 2017 castigó a Siria por un ataque con armas químicas esta vez parece que Rusia se siente amenazada y puede atacar en cualquier momento, pero nadie sabe cómo ni dónde, lo cual pone a la humanidad al borde de la III Guerra Mundial.