Por Patricia Martínez
No hay que poner la vela ni tan cerca que queme al santo ni tan lejos que no lo alumbre.
Ese es el mensaje que dejó la Federación Latinoamericana de Bancos durante la reunión que tuvo en Miami, a principios de marzo, debido a los altísimos costos que significan para los bancos de la región cumplir con los rígidos mandatos contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
El presidente de FELABAN y de la Asociación de Bancos de República Dominicana José Manuel López Valdés hizo hincapié en flexibilizar las normas sin afectar en absoluto la vigilancia para evitar que dinero mal habido apoye actividades diabólicas.
Al acto de clausura del Diálogo Sector Público Privado asistieron Sarah Runge, alta funcionaria del Departamento del Tesoro de Estados Unidos; los líderes de la Federación de Banqueros Internacionales de la Florida y el Comité para la Prevención del Lavado de Activos y Financiación de Terrorismo de FELABAN.
“No hay que perder los parámetros de una adecuada administración de riesgo”, dijo López en el acto de clausura.
Lo más dramático, sin embargo, son las proyecciones sobre las exigencias de las normas vigentes.
López se refirió a la encuesta realizada en el 2017 por la firma especializada AlixPartners entre 361 instituciones financieras en todo el mundo. Más de la mitad expresó su preocupación por las expectativas del crecimiento de los presupuestos para cumplir con las leyes de lavados de activos.
“En cuanto a los gastos para el cumplimiento de estas normas en los próximos 12 meses, el 44% de los encuestados indicaron que estos crecerán más del 10%, el 39% entre 11% y 25%, el 12% entre 26% y 50% y el 5% más del 50%”, precisó López.
También López alertó sobre las malas intepretaciones que pueden darse con el De-risking, que obliga a las instituciones financieras a cerrar las cuentas de alto riesgo de clientes sospechosos de lavado de dinero o de financiar actos de terrorismo.
“El De-risking afecta sensiblemente las relaciones de corresponsalía de la banca latinoamericana”, expresó el ejecutivo. “Es necesario crear espacios permanentes de concertación con la participación de la banca, las autoridades estadounidenses y latinoamericanas, los gremios y organismos internacionales”.
Por su parte, el secretario general de FELABAN, Giorgio Trettenero Castro también apuesta por el diálogro permanente.
“Tiene que haber una apertura de Estados Unidos con Latinoamérica y de Latinoamérica con Estados Unidos”, sentenció Trettenero. “Es clave la estandarización de los parámetros de aplicación de las reglas y regulaciones antilavado, aceptables tanto para las autoridades de los países latinoamericanos como para Estados Unidos”.
López dejó en claro que según la misma encuesta, el 63% de las entidades financieras habían pasado por el De-risking en algún momento.
“Es importante que exista una colaboración permanente entre las instituciones financieras y los reguladores”, dijo López. “Solo así pasaremos a las acciones concretas que mitiguen el De-Risking”.
Mientras, Trettenero aseguró que la mútua colaboración conllevará beneficios en todos los sentidos.
“Con todo esto se logrará eficiencia, reducción de costos e incorporación de nuevas tecnologías”, agregó el secretario general de FELANBAN. “También esto generará la confianza que necesitan los bancos de Estados Unidos para realizar las relaciones de corresponsalía”.